jueves, 30 de diciembre de 2010

Entiendo lo que es sentirse el ser más pequeño, insignificante y patético de la humanidad y lo que es sentir dolor en partes del cuerpo que ni siquiera sabías que tenías, y da igual cuantas veces te cambies de peinado o a cuantos gimnasios te apuntes o cuantos vasos de Chatone te tomes con las amigas porque sigues acostándote todas las noches repasando todos los detalles y preguntádote qué hiciste mal o qué pudiste malinterpretar, y como puñetas en ese breve instante pudiste pensar que eras tan feliz, a veces incluso logras convecerte de que él verá la luz  y se presentará en tu puerta. Y después de todo eso, y aunque esa situación dure mucho tiempo, vas a un lugar nuevo y conoces a gente que te hace recuperar tu amor propio y vas recomponiendo tu alma pedazo a pedazo y toda esa época difusa, esos años de tu vida que has malgastado empiezan por fin a desvanecerse.

2 comentarios:

  1. Y cuando llegan esos momentos de desesperación, de preguntas sin respuestas, es cuando tu cuerpo tira por tierra todas esas chorradas de que el corazón es incapaz de sentir, que es todo química del cerebro. Si es incapaz de sentir... ¿Por qué duele como si lo atravesaran millones de agujas al rojo en esos momentos?
    Sin embargo no hay mal que dure cien años, ni tormenta que no termine para que llegue la calma, así pues todo lo malo pasa y al final nos llega la recompensa por lo sufrido, por lo aprendido, por la espera. Ahora sólo queda que recojas esos trocitos de alma y corazón, los pegues con cariño, ternura y esmero y les saques brillo para que cuando vuelvas a mirarte en el, veas tu reflejo sin distorsionar y puedas aprezar toda la belleza que tiene el brillo y la luz de tu sonrisa y tu mirada.

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  2. Ya te dije que no sonaba a texto sacado de una pelicula, si no a algo mas personal...

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