jueves, 26 de diciembre de 2013

Soy el amo de mi destino... soy el capitán de mi alma.

Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable, 
doy gracias a los dioses que pudieran existir 
por mi alma invicta. 
En las azarosas ganas de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida. 
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra, 
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal, 
cuán cargada de castigos la sentencia, 
soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma. 

William Ernest Henley: Invictus



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